Más allá del Guacamole: la verdadera historia del oro verde mexicano

La comida tradicional mexicana utiliza ingredientes prehispánicos, originales de sus tierras y cultivados desde hace miles de años . Entre estos, hay uno que sigue siendo tan importante hoy en día como lo era para sus antepasados. Un manjar al que los Aztecas le conferían propiedades afrodisíacas: el aguacate; uno de los dioses de la comida mexicana. La ausencia de este ingrediente vuelve cualquier platillo desnudo e incompleto. Debido a la abundancia de este fruto, tradicionalmente no se escatimaba su presencia en el plato – hasta ahora.

Hoy en día, la industria nacional del aguacate ha tomado un camino oscuro que recibe muy poca atención por sus nuevos consumidores internacionales, quienes han agregado esta fruta a su dieta diaria. El aguacate no solo se ha convertido en un producto de lujo con precios internacionales inalcanzables para el mexicano promedio, sino también pocos saben que el aguacate mexicano se ha vuelto rehén del narcotráfico. En este post explorare el fenómeno del boom internacional del aguacate y el impacto multi-dimensional que esto está teniendo en México.

Testículo de Árbol

Fuente: Internet Archive Book Images via Flickr CC

Dicen que el primer aguacate fue descubierto en una cueva en Coxcatlán Puebla, hace unos10 mil años A.C. Su nombre proviene del náhuatl* “ahuacatl”, que significa “testículos de árbol”, por la forma del fruto. Su forma era razón por la cual el árbol era considerado sagrado; “árbol de la generación de vida.”

El aguacate es un orgullo ecológico, cultural, y culinario de México. Un regalo de la tierra que se celebra todos los días, con cada comida. Esta profunda relación e historia con el fruto, ha convertido a México en el mayor productor de aguacate del mundo. En esta última década, su popularidad ha explotado a nivel global. Hoy en día, México produce un tercio del aguacate consumido globalmente. Por ejemplo, en el año 2000 se produjeron 900 mil toneladas de aguacate, y en el 2018 esta cifra subió a 2 millones de toneladas.

fuente

Este boom tiene algo que ver con nuevas tecnologías  en los métodos de distribución que han logrado que la fruta llegue verde a su destino. En parte también por una mayor consciencia alimentaria por parte de las personas en países desarrollados, que han aumentado la demanda por alimentos altos en “buenas grasas” para su dieta. Sin embargo, se dice que la industria aguacatera en México explotó a raíz de la fuerte campaña lanzada por los agricultores de aguacate en California en los años 90s, quienes comercializaron el guacamole como una comida “snack” para ver los juegos de futbol americano. A partir del éxito de esta campaña, Estados Unidos se convirtió en el mayor importador de aguacates del mundo. Esta fiebre aguacatera se ha contagiado en el mundo, a un grado que la obsesión con esta fruta ha creado nuevas tradiciones, e inventando nuevas funciones de maneras muy curiosas.

Avo-Trends

Avo-Burger

El famoso “avocado toast” es un vil pan tostado con aguacate rebanado encima. Sin embargo, con todo y su sencillez, el “platillo” más instagrameado en la historia se ha convertido en una epidemia quizás aún más grande que el aguacate en sí.

En Ámsterdam, existe un restaurante llamado The Avocado Show, donde todos los platillos del menú tienen al aguacate como su ingrediente estrella. Estos son presentados de manera muy artística, tanto que parecen pinturas hechas con comida. Su famosa Avo-Burger, utiliza un aguacate entero en reemplazo del pan. El restaurante es tan popular que siempre hay una fila de espera  y recientemente abrieron un segundo local en Bruselas.

De igual manera han surgido otros restaurantes con el mismo enfoque. Entre ellos, existe Avocaderia en Nueva York, Avobar en Londres, y Avocado Grill en Florida. Un café en Melbourne Australia lo llevó aún más allá al inventar el “avolatte”: café latte servido dentro de la cáscara de un aguacate.

Lo que está ocurriendo con el aguacate hoy en día, es la misma historia que han vivido muchísimos productos que se absorbieron al mercado internacional. La globalización comercializa la comida tradicional de los países del sur global como el nuevo producto de moda, o como un “superfood” que te hará vivir 10 años más si lo consumes todos los días. Genial para la mayoría de la gente que ahora disfruta de nuevos y delicioso producto exóticos a bajo costo, y quizás también sean buenas noticias para la economía nacional del país exportador, pero no tan afortunado para  los ciudadanos que ahora deben pagar el doble por alimentos básicos en su dieta.

La Colonización del Aguacate

Estados Unidos compra 77% del aguacate mexicano, lo cual compone 91% de la importaciones de aguacate a Estados Unidos. La temporada alta de consumo de guacamole en EU es durante el Super Bowl. Se dice que más de 105 millones de libras (48 millones de Kilos) de aguacate se consumen en el Domingo del gran juego.

Esta costumbre es ejemplo de cómo tradiciones moderna son creadas a base de las oportunidades económicas de un sistema capitalista. La mercadotecnia del aguacate en EU encontró su nicho; cómo se puede ver en este video de humor gringo que promueve el consumo de “Avocados from Mexico”, específicamente durante el juego de fútbol americano.

Este video de 30 segundos revela muchas cosas sobre el fenómeno del ‘avocado-boom.’ Por tan solo esta pequeña transmisión en la televisión, el comercial costó unos alarmantes 4 millones de dólares. Esto demuestra el papel tan importante que juegan las campañas de propaganda en el consumo de un producto, porque está claro que realmente funcionan.

Me gustaría resaltar la frase que se utiliza en el video; “come and get them hipsters” (vengan por ellos hipsters). Esta asociación Occidental de que al consumir un aguacate eres “hipster”, es un estereotipo moderno que me cause mucha confucion. Yo como aguacates con frecuencia porque creci comiendolos y porque son delicioso, no por que “estan de moda.”

Gracias a la globalización, productos nativos de cada rincón del mundo tienen ahora la oportunidad de ser conocidos por cualquiera. Sin embargo, me parece terrible que, a pesar de que estos productos son consumidos tradicionalmente por millones de personas, al llegar a un nuevo país, estos son desprendidos de su historia y de su cultura. Debido a que los nuevos consumidores no puednen relacionarse con su tradición originaria, en lugar de honrar su origen, se inventan “nuevas tradiciones” y etiquetas.

No estoy argumentando que hay algo malo al adoptar un producto extranjero, utilizarlo, inventar recetas nuevas y modernas, o hacer lo que sea que uno quiera con ese producto. Efectivamente, esos son los beneficios de la globalización; la oportunidad que nos ofrece el acceder a nuevas culturas y tradiciones. Sin embargo, re-clasificar un producto que tiene profundas raíces históricas y culturales es una falta de respeto ante la cultura madre del producto. Hace más de 500 años los Aztecas utilizaban el guacamole como aderezo. Decir que el guacamole es una tradición Estadounidense del Super Bowl es una falta de respeto ante las raices de la cultura mexicana, y una enorme apropiación de las tradiciones culinarias.

Fuente: Biodiversity International via Flickr CC

El destino que vivió la quinua es similar al ser descubierta por el mundo Occidental. Cuando el resto del mundo descubrió las propiedades nutricionales de este cereal, se disparó la demanda y los precios. La quinua ha sido un alimento básico en la dieta de los indígenas andinos durante generaciones. Uno de los lados negativos de la globalización es que el mercado (y sus consumidores) no toman en cuenta el que estos alimentos se hayan vuelto inaccesibles para los mismos pueblos que son dueños de su tradición e historia.

 La popularidad internacional del aguacate ha tenido un gran impacto económico en su precio nacional. Según la Secretaría de Desarrollo Rural, entre el 2012 y 2017 hubo un incremento de 584% en el valor de las exportaciones. Hace 15 años en México, el kilo de aguacate costaba solo 5 pesos, hoy se llega a vender hasta en 95 pesos – convirtiéndolo en un producto de lujo. La producción que se queda para el consumo en México es cada vez menor. Si los precios siguen subiendo, es preocupante el impacto que esto tendria en las costumbres populares mexicanas. Es este incremento en el valor económico del aguacates que lo ha apodado; el oro verde de México.

Impactos Ambientales

El estado de Michoacán aporta más del 80% de la exportación total del aguacate producido en México. En el año 2000, Michoacán contaba con 100 mil hectáreas de aguacate, actualmente se estima que existen 200 mil hectáreas.

Este incremento en la producción se ha logrado a través de deforestación ilícita que ha desplazado una enorme superficie de árboles boscosos. Los graves impactos ambientales que esto está teniendo en la región ya están afectando los sistemas naturales. La intensidad del monocultivo y la construcción de más de 50 mil ollas de acopio de agua están interrumpiendo el ciclo natural del agua , impidiendo su correcta captación y filtración.Para mantener la intensidad del cultivo se requiere cada vez más agua, en detrimento también de los pueblos habitantes de la región aguacatera, quienes se ven restringidos en su acceso y consumo de agua.

Un excelente reportaje Francés llamado “Los aguacates del diablo,” expone cómo la industria aguacatera de Michoacán utiliza agroquímicos y pesticidas que están prohibidos por ley, dado que son altamente tóxicos. A pesar de esto,  siguen siendo bien recibidos por países que han prohibido el uso de estos mismos químicos desde hace décadas, como son los 27 países de la Unión Europea.

El reportaje muestra varios casos de personas que han sido afectadas por la exposición a los químicos. Mujeres que sufrieron abortos durante el embarazo, niños que nacieron con afectaciones cerebrales, deformidades físicas, y cánceres (particularmente cáncer de sangre). Aún con una epidemia de salud entre los niños de la región, el tema de los pesticidas es un tabú ampliamente ignorado por los servicios de salud y las autoridades, debido  al importante papel económico que el aguacate tiene en la región de Michoacán. Proteger la estabilidad de la producción de aguacate es la prioridad para salvaguardar la prosperidad económica de la región – a cualquier costo.

Ex-presidente de Mexico Enrique Peña Nieto, hablando en un evento de reconocimiento del programa de producción y exportación del aguacate en Michoacan en 2014 //  Presidencia de la República Mexicana via Flickr CC

La falta de regulación por parte de las autoridades está causando impactos trágicos al medio ambiente y a la salud de los ciudadanos. Sin embargo, codicia y corrupción institucional no son los únicos factores que tienen intereses económicos en la industria aguacatera. Los cárteles de la región también están jugando un importante papel en asegurarse que la demanda y producción de esta fruta azteca no cese.

Avo-Narcos

Los Caballeros Templarios son el cártel que han controlado la zona de Michoacán esta última década. Como si fuera un “IVA”, extorsionan a los agricultores de aguacate por sus ganancias. Se dice el cartel ha logrado extorsionar a cada persona involucrada en la industria aguacatera, cobrandoles un “derecho de piso” a los dueños a los plantíos, los cosechadores, y extorcionando hasta los fabricantes de fertilizantes. También se utilizan las mismas plantaciones y negocios para lavar dinero del narcotráfico. Se les cobraba a los agricultores cien dólares por cada hectárea cultivada, y diez centavos por cada kilo producido. Los que se niegan a pagar son secuestrados o asesinados.  A través de estas estrategias, el cartel gana unos 150 millones de dólares al año.

PresidenciaRD via Flickr CC

Frente a la incapacidad de las autoridades para enfrentar la extorsión de los cárteles, en el 2013 surgieron grupos de autodefensa en Michoacán. Utilizando armas ilegales de EU, estos grupos de civiles vinculados a la siembra del aguacate se levantaron en armas contra Los Caballeros Templarios. Uniéndose con la policía local, el movimiento de autodefensa comenzó a crecer y a proteger a más pueblos del crimen organizado. Financiados por los mismos productores de aguacates, poco a poco, las autodefensas iban recuperando el territorio.

Supuestamente, este ejercito paramilitar  está regresando la calma a los pueblos aguacateros, pero también se especula que integrantes del grupo se han aliado con otros cárteles que pelean por su parte del pastel. Entre la pelea por la toma y la protección del oro verde mexicano, la violencia es la maldición que acompaña a todo aquel que es parte de su industria. Hoy en día, toda la zona aguacatera está vigilada 24 horas al día por miembros de la “policía de ciudadanso.” Con retenes en todas las carreteras que llevan a los pueblos aguacateros, se controla quien entra y sale de la región.

¿Debería politizar el aguacate?

El aguacate se ha convertido en un milagro económico para México – en particular para Michoacán. Sin embargo, la falta de regulación y la corrupción institucional están fomentando impactos ambientales y sociales devastadores. Mientras el mercado del aguacate siga en su trayecto millonario, está claro que estos impactos continuaran siendo ignorados por las autoridades. Esta situación se complica aún más bajo el control de los carteles de droga, que no están sólo fomentando la violencia en un territorio dedicado a la agricultura, sino  también están transformando a los mismo campesinos en guerreros clandestinos. 

El contexto de violencia y terror en el que viven las mismas personas ya víctimas de un sistema que ignora su seguridad y bienestar, ha sido la desafortunada realidad mexicana del siglo 21. Como consumidores, ¿De qué manera podemos ayudar a romper este círculo vicioso de violencia e injusticia que mancha al aguacate mexicano? ¿Ayudaría el boicotear este producto mexicano? ¿Eliminarlo de nuestra compra semanal?

La historia del aguacate mexicano comienza a resonar por el mundo. Algunos restaurantes en Inglaterra como el Wild Strawberry Cafe, entre otros, anunciaron que dejarán de servir aguacate mexicano por los impactos ambientales y sociales ligados a la industria de este producto. Sin embargo, es evidente que el boicot del aguacate perjudicaria aquellos que dependen de la industria, particularmente a los campesino. Por lo tanto, no se me hace que esta sea la solucion.

La complejidad de esta historia produce una agobiante falta de respuestas y soluciones. Por eso espero ayude a difundir la oscura realidad que estamos inconscientemente financiando cuando consumimos el delicioso aguacate mexicano. En este mundo globalizado, honrar las tradiciones culturales es tan importante como abrir los ojos al verdadero costo de sus productos.

Comer con conciencia es el objetivo.

Buen provecho,

Cookie


*El náhuatl es una de las 68 lenguas nativas del México prehispánico reconocidas por el Estado mexicano. Es hablada por los indígenas Nahuas y fue la lengua del gran imperio Azteca, por lo que se mantiene como la más importante hasta hoy en día.

**Articulo re-editado 2 de febrero de 2020

You Might Also Like

2 Comments

  1. Efrén Hernández

    Súper bueno tu artículo! No estaba al tanto de esos números. 😱

Leave a Reply