El Sazón de Mamá

Cocinar es un arte. Esa poética manera en que convertimos productos en comida. El arte de pelar, cortar, sazonar – el arte de transformar. Yo no soy chef, ni cocinera. Nunca estudia gastronomía formalmente, pero creo compartir similar pasión que aquellos que escogen dedicar su vida al arte de la gastronomía. 

Todo lo que se, lo aprendí de mi madre. Cuando era una niña, me sentaba en el mostrador de la cocina y la observaba cocinar todos los días. “Pásame la cebolla,” “la sal,” me decía, y ese fue mi primer rol como pinche. Observaba cómo ella combinaba ingredientes, los probaba, y luego agregaba otros – fue así que aprendí lo que es el “sazón.” Sin jamás haber tomado una sola medida, aprendí a cocinar con la los sentidos; con el olfato, con los ojos, y con la sensación de las texturas.  

Y fue así, que descubrí que la cocina también es un lenguaje. Una manera de comunicar todos los sentimientos que pasan por nuestro cuerpo. La gastronomía es un idioma con el que podemos hablar, enamorar y hasta abogar. 

Para mi, cocinar se ha convertido en algo mucho más grande que solo un talento o una afición, para mi se a convertido en una forma de expresión.

Mi cocina no tiene escuela ni técnica alguna, todo lo que cocino es un experimento. Con mi comida me desafío a inventar recetas nuevas con los ingredientes que tengo a mi disposición, basándome más en creatividad que en planeación. Me emociona desafiar recetas tradicionales, cambiándolas y agregándoles mi propio toque. Pero más que nada, me apasiona el reto de crear recetas vegetarianas que dejan a un amante de la carne satisfecho e impresionado. Ese es el reto que me propongo siempre que cocino. 

Y así con mi comida, hago una declaración política, ambiental, social, y sobre todo moral – intentando demostrar que no es necesario matar un animal para que el platillo sea memorable. 

Gracias madrecita, por haberme heredado tu sazón, tu pasión, y todo tu amor a través de la cocina. Por enseñarme que a través de la comida podemos hablar, reflejar nuestra esencia individual y transmitir los sentimientos que llevamos dentro. 

Siento, y tengo mucho que decir. 

Buen provecho, 

Cookie